30.9.07

En el aire

La idea de estar alejada 11.000 metros del suelo durante 12 horas, muchas de las cuales además serían sobre agua profunda (posiblemente, sobre la Atlántida), podía ser motivo suficiente para que conocer la estación de Atocha quedara en mi lista de pendientes para siempre.

La anulación del pensamiento en ese día, pensé, se podía prever con grandes dosis de té, lectura, música y sueño. Y por supuesto, evitar la “suerte” de tener el asiento de la ventanilla.

El plan venía bien. Hasta que el altavoz y las gesticulaciones de las azafatas hablaron de atrocidades como “salida de emergencia”, y la nave hermética empezó a carretear sin vuelta atrás.

Los 150 latidos por minuto del corazón tomaron forma de agua desde mis ojos. Afortunadamente, mi compañero de banco de turno era un tano que tomaba un avión casi con la misma naturalidad que si hubiera subido a un 60. Y su preocupación sobre si el pastiche con pretensiones de ravioles eran el almuerzo o la cena, sirvió como un buen periodo de adaptación. Pero la ventanilla seguía siendo territorio prohibido.

En algún momento del viaje, mi compañero tendría que visitar el escasísimo sanitario (el mito lo seguirá siendo: las posibilidades funcionales no ayudan a comprobarlo), y cuando eso pasara, nada habría entre la ventanilla y yo.

Pero lo que no imaginé, fue que el momento iba a ser justo cuando la noche venía desde el costado en que estaba yo. Como quien se acerca a un rotweiller dormido, me incliné hacia la ventana. Y ahí estaba, la luna que ese día se llenaba, mirándome de abajo por algún efecto óptico que no me molestó ignorar, y escoltando mi viaje.





4 comentarios:

Crispín dijo...

¡No expliques la foto! Jajaja.
Buenísimo; el texto, y lo que se puede hacer en un sanitario por muy estrecho que sea.

¿Te acordás de Quintín, el crítico de televisión?
¿Qué tal Crispín, el crítico de blog?

Laris dijo...

Aquel que haya leido el primer comentario, y se pregunte "¿qué explicación?", sabrá o supondrá que le hice caso a mi estimado amigo comentarista oficial Crispín.

Crispín dijo...

Che, ¿y la licenciatura para ser grosa dónde la hiciste?

CeCe dijo...

Me gustó esta óptica con alas y el ocaso.
Está bueno laris.