La vida de Omar tenía la variedad de esos relojes, los de arena, en los que cada grano mellizo de otro solo pasa y espera a que le toque pasar otra vez.En su departamentito de San Telmo colecciona recuerdos que parecen de buena calidad solo por lo añejo. Se asoman entre las fetas de pintura celeste de las paredes; se esconden detrás del marco de alguna foto que sugiere tiempos mejores.
Seguramente lo fueron cuando su Inés le anuncio que en unos meses el llanto de un bebe alegraría el hogar. O cuando 22 años después ese bebe repetiría el anuncio. Tal vez las reuniones de truco con los amigotes, las navidades, los ratones Pérez, las graduaciones con doble esfuerzo, las vacaciones en fotos.
Pero Inés dejo de ser suya. El bebe que prometía un buen rival o compañero de mano se hizo de sus propios amigotes. Y la nieta...
Tal vez los amigos tengan tantas canas como el, si es que tienen donde reflejarse. Tal vez sus familias sean más agradecidas. Tal vez no tengan que compartir su plato de arroz con un vaso de ginebra.
20.4.07
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1 comentario:
El texto esta lleno de imagenes, objetos equilibradamente combinados y sensaciones que crean un clima muy especial. Es un texto muy bien logrado, me gusta.
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